el blog de josemariarubio

BIENVENIDO...

B I E N V E N I D O a esta página “Vida para todos” que quiere observar y recoger acciones, personas, reflexiones, situaciones que animan y construyen la vida, así como otras que la destruyen o la bloquean.

Animar, acoger y compartir caminos, búsquedas, experiencias, llamadas, esperanzas… de vida para todos, especialmente para personas y grupos sociales marginados, explotados, empobrecidos, heridos, …“sin vida”.

Al aire y al espíritu de Jesús que dice “Yo he venido para que todas las personas tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Jn 10, 10)

02 agosto, 2011

"VIDA PARA TODOS"


Cuando, en el evangelio de san Juan, Jesús quiere expresar cuál es el Proyecto de Dios dice esto: “Éste es el designio de mi Padre: que todo el que reconoce al Hijo y cree en Él tenga vida eterna…” (Jn 6, 38.40). Que tengamos “vida eterna”. ¡Ése es “el Proyecto de Dios”! Pero, ¿qué es eso de “la vida eterna”? No es “la otra vida”, después de la muerte, como nos suena sin darnos cuenta, por la costumbre. No: “La vida” empieza ya aquí, se desarrolla desde aquí y se prolonga y dura hasta siempre y para siempre. Sería mejor decir: “La vida, que es eterna”.

La “la vida” que aparece en el Evangelio, en Jesús, es una realidad riquísima compuesta de muchos matices. Voy a describir algunos elementos que, a mi parecer, componen esa “vida eterna”, que constituye el “Proyecto de Dios”.

1. ¡Vivir!
Así, sencillamente: Jesús nos propone que estemos llenos de vida y de vitalidad y que disfrutemos a fondo de esa vitalidad.  Supone, de base, la salud, física y psicológica: todo lo que es una persona funcionando bien. Son los sentidos, la sensibilidad, la inteligencia, la voluntad y la acción, la imaginación y la poesía, el amor y la comunicación, la alegría y el buen humor. Todo lo que es una persona viva y en plenitud.

Para poder tener esa vida-vitalidad hacen falta condiciones de vida, de vida digna, que permitan eso. Condiciones de vida: alimento, vivienda, cultura, posibilidad de relaciones personales y de relaciones sociales. Es como la base material de la vida.

2.  “Quererse”
La esencia de la vida es quererse; si no, ¿de qué sirve vivir? …“Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida; lo sabemos porque amamos a los hermanos. El que no ama permanece en la muerte”. (1 Jn 3, 13-14).
La esencia de la vida es quererse; si no, ¿de qué sirve vivir?

3. Conocer y querer a Dios y a Jesús
“Ésta es la vida eterna: que te conozcan a Ti, Padre, y a quien enviaste, Jesucristo” Este elemento, por extraño y ajeno que pueda parecer en el ambiente de hoy, es esencial en la propuesta de vida de Jesús.

Vivir, según Él, y ser feliz arranca de aquí. Ésta es nuestra gran riqueza, y como tal hay que proponerla. El conocimiento” y el amor de Dios, el “conocimiento” y el amor de Jesús: ¡No hay nada como eso!
El gran tesoro, la “perla”, es haber encontrado a Dios y a Jesús.

Claro que ese Dios, tesoro del corazón, nos lleva siempre hacia sus hijos sin vida, para trabajar y luchar por “las condiciones de vida” para todos y para animarlos a quererse y para enseñarles “la perla de la vida”, que es el amor del Padre.

4. Vivir “en comunidad”
El Plan de Dios es que vivamos en su familia, en su comunidad: “Que sean todos uno como Tú, Padre, estás conmigo y yo contigo”. Es “el Cuerpo de Cristo”, formado por miembros diferentes y complementarios…
“Ser cristiano es vivir en comunidad”. Es decir “el grupo de personas con quienes me siento vinculado en torno a Jesús y con quienes hago mi vida de seguidor suyo, miembro de su grupo”.

5.  Vida muy especialmente para “los sin vida”, desde “los sin vida”
No es “un matiz”: es esencial. Es el dinamismo de la vida de Jesús: dar la Buena Noticia a los pobres, curar, expulsar demonios, poner en pie a los caídos... Sencillamente, es el dinamismo del amor.
Esa fue la práctica de Jesús: se colocó junto a “los sin vida”, ése fue su “lugar social”. Y desde ellos, los más faltos de vida, arrancó para crear vida para todos. Y ésa es la raíz fundamental de la “opción por los pobres”.

6.Vida para todos en la perspectiva de “la realidad” y con “la fuerza débil del amor”
El Plan de Dios es un hermoso sueño, que se desarrolla en la vida real. Y lo real es limitado, es evolutivo, es lento y a veces contradictorio y crece en medio de avances y retrocesos… Es, en lenguaje teológico, la Cruz.

Es estar en camino, acogiendo las frustraciones, los fracasos y la muerte. Es comenzar siempre nuevos modos de intentarlo. Es seguir siempre y no desanimarse nunca. Y ponerse en manos del Padre: lo que hizo Jesús.

Y en su trabajo por ellos se enfrenta a los fuertes; pero no con las armas de la fuerza física (dinero, poder, armas, influencias), ni violentando a las personas, sino con el arma de una fuerza débil: el amor (la cercanía, la palabra que invita, la propuesta de proyectos de hermandad, el trabajo concreto y diario para dar vida, el ejemplo de una vida sencilla y feliz).

7.Un camino para la felicidad
El “Sueño” de Dios, su Plan es que sus hijos sean felices: la Ley  fundamental del Evangelio son “las Bienaventuranzas” como camino para la felicidad.
Pero, contando con la realidad, que lleva en su seno la limitación. Es la felicidad posible, contrapunteada siempre con sinsabores, dificultades, cuando no con dolores, angustias, tragedias. 

(Texto extraído de “El proyecto de vida de Jesús. Dimensión moral del cristianismo”. Luis Briones. Frontera-Pastoral misionera, nº40, pag. 11)

Para ver/descargar el artículo completo